Cuando a Víctor
Blázquez le preguntan “¿qué tiene este libro que no tenga el anterior?”, su
respuesta es, habitualmente “más de todo”.
Y no miente.
Si ya lo pasamos mal en Castle Hill, id preparándoos para lo
que os espera, ahora que el virus del Cuarto Jinete ha salido de las fronteras
del pequeño pueblo norteamericano.
Blázquez recurre, de nuevo con éxito, al narrador-cómplice
para que sigamos el rastro del virus. No hay lugar a dudas de que El cuarto jinete: Armagedón tiene más
muertes, más zombis, más drama y más situaciones límite… pero esto tan solo es
una parte de lo que nos espera entre sus páginas.
Porque en El cuarto
jinete había gente que nos caía mejor, y otros que nos caían, digamos, mal,
aunque no llegaban a ser personajes malvados.
Ahora sí que los hay. Y más de uno. Sin mostrar piedad por
los protagonistas –ni por nosotros, los lectores–, el autor no solamente lanza
horda tras horda de muertos vivientes contra ellos, sino que además añade la
amenaza de los “vivos”, que no se irán comiendo a la gente (o sí), pero algunos
tienen mucha mala leche.
Un aviso: ni se os ocurra mirar la portada de esta novela
sin haber leído el primer libro. Advertidos estáis…
Poco más que comentar. Si os gustó El cuarto jinete, os gustará El
cuarto jinete: Armagedón. Si no habéis leído el primero… ¡ya estáis
tardando!
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