David J. Skinner

viernes, 23 de agosto de 2013

Crear una novela (I)


Lo que vais a leer a continuación no son unas reglas universales de escritura. Voy a intentar detallar cómo escribo yo, y qué recomendaría a alguien que empieza, pero tomadlos como unos consejos subjetivos que podéis o no tener en cuenta en un momento dado.

Dicho esto, comenzaré por hablar de los tiempos verbales.

Independientemente de la voz del narrador, una historia puede contarse en pasado, en presente o, excepcionalmente, en futuro. Vamos a “pasar” de este último caso para centrarnos en los otros dos.

–John –dijo la mujer–, espero que estés listo.

–John –dice la mujer–, espero que estés listo.

Como observaréis nada más leer estas dos frases, un simple cambio en el tiempo verbal puede hacer que la percepción de la historia se altere muchísimo. Escribir en presente crea una inmediatez que sirve para introducir al lector de lleno en la acción. Sigamos alargando las narraciones.

Mientras John se terminaba de preparar, ella tomó el fusil y comprobó que estaba cargado. En ese mismo instante, el ruido de cristales rotos anunció la presencia de las siniestras criaturas.

Mientras John se termina de preparar, ella toma el fusil y comprueba que está cargado. En ese mismo instante, el ruido de cristales rotos anuncia la presencia de las siniestras criaturas.

No sé si con estos ejemplos veis con claridad la diferencia entre ambas formas de escribir. Mi preferida es la narración en pasado (yo creo que es más sencilla de desarrollar), pero para gustos, los colores.

Algo que sí es muy importante es no liar al lector cambiando el tiempo verbal cada dos por tres. De hecho, no os recomiendo cambios de tiempo durante una narración (ni cambios en el tipo de narrador, aunque ahora hablaré de eso).

En cuanto a los tipos de narrador, los hay para todos los gustos. Los más habituales son el narrador en tercera persona y el narrador en primera persona. Hay varios sub-tipos, pero no voy a entrar en este nivel de detalle ahora; prefiero centrarme en las ventajas e inconvenientes de cada uno de estos, en general.

John escuchó las pisadas aceleradas, acercándose hacia ellos. Giró la cabeza en busca de una salida que no pudo encontrar; no tenían más remedio que hacerles frente.

Escuché las pisadas aceleradas, acercándose hacia nosotros. Giré la cabeza en busca de una salida que no pude encontrar; no teníamos más remedio que hacerles frente.

No me digáis que esta segunda frase no asusta más que la primera… En realidad, si John es un personaje con el que ya tenemos afinidad, sufriremos igual con él de una manera o de otra. Además, la narración en primera persona plantea un problema importante: cómo cambiar el protagonista. Desde luego, al igual que con la tercera persona, podemos ir viendo el “percal” desde los ojos de John, o de la mujer, o del vecino. Peeeeero para ello, si no queremos que el lector acabe loco, debemos dejar muy claro cuándo lo hacemos. Incluso así, la fuerza de usar la primera persona se diluye cuando el protagonismo de la historia lo tienen varios personajes.

Personalmente, os recomiendo usar la primera persona cuando haya solamente un protagonista, o a lo sumo dos. Y, de ninguna manera, vayáis intercalando la narración en primera persona con la narración en tercera.

Ahora viene cuando os cuento que en mi última novela hay narrador en primera y narrador en tercera… :-P ¿Por qué? Lo cierto es que comencé a escribirla con la idea de narrar el primer capítulo en primera, y el resto (la historia del protagonista, un preso condenado a la silla eléctrica) en tercera. Cuando me puse con el capítulo dos, me resultó imposible cambiar a tercera, y toda la novela está escrita en primera, a excepción del último capítulo (el protagonista ha muerto, y la escena transcurre un par de años después). Curiosamente, el capítulo dos narra hechos acaecidos antes del nacimiento del protagonista y, aun así, la primera persona creo que era la forma adecuada de narrar.

Consejo: ante la duda, usad la tercera persona. Siempre habrá tiempo para cambiarlo durante la revisión.

Esto es todo por hoy. Si pensáis que puede resultar útil, comentad y compartid.

En próximas entregas (si es que esto tiene éxito): crear una estructura previa y el uso de adjetivos y adverbios.

miércoles, 7 de agosto de 2013

Escritores de brújula y escritores de mapa

Antes de ponerse a escribir una novela, un escritor puede dejar
definida la historia, los personajes, y cada uno de los giros argumentales que
contendrá la narración. A esto se le llama ser un escritor de mapa.


Por otra parte, puede ser que la novela empiece con una idea
poco clara, o tan solo con unos personajes y una situación concreta, ignorando
hacia dónde irán los acontecimientos. Así escriben los escritores de brújula.


¿Cuál de estos dos métodos genera una novela mejor? Me temo
que no puedo dar una respuesta, principalmente porque depende mucho de los
gustos de cada lector; pero sí que voy a intentar describir –desde mi punto de
vista–  los pros y los contras de cada
una de estas formas de narrar. Y, antes de nada, decir que yo he usado ambos
métodos (aunque reconozco tirar más hacia la brújula).


Un escritor de mapa…
-Mantendrá una mayor coherencia durante la creación de la
historia.

-Puede saltar de un capítulo a otro sin problema.
-En general, no sufrirá la famosa “página en blanco”.
-Tiene la capacidad de elaborar una trama con muchos
personajes.

Pero…
-Necesita bastante tiempo antes de comenzar la novela.
-La trama será más rígida.

Un escritor de
brújula…
-Puede cambiar la trama cuando quiera.
-No necesita de un tiempo previo para comenzar a escribir.
Pero…
-Necesita dedicar bastante tiempo, tras finalizar el
borrador, a encontrar problemas de coherencia.

-Tendrá una forma más “lineal” de escribir, yendo del
principio al final.


Antes de que nadie se me tire al cuello, decir que esta es
la forma en que yo lo veo; está claro que no es siempre así, ni es así para
todo el mundo, ni nada de nada. De hecho, uno de los motivos por los que he
creado esta entrada es para saber vuestra opinión. ¿Qué ventajas y qué
inconvenientes veis vosotros a cada estilo de escribir? ¿Creéis que es mejor
una manera que otra?

lunes, 5 de agosto de 2013

¿Es mala la piratería?

Lo que, a priori, parece tener una respuesta sencilla, puede convertirse en una de las preguntas más complejas de la red. En ambos extremos hay defensores acérrimos, así que intentaré dar mi opinión (repito: MI opinión) sobre lo que he leído, escuchado o visto en torno a este asunto.

Se escucha mucho por ahí que la piratería es una forma de publicitar una obra. Según dicen, si un libro de alguien te gusta, el siguiente que saque lo comprarás. Y digo yo: si el primero me ha gustado, y aun así no me lo compro, ¿por qué iba a comprarme el segundo? Todo esto, suponiendo que haya un segundo libro, que tampoco tiene por qué ser así, claro.

 
Últimamente he leído una equiparación que me ha resultado curiosa. Era entre la piratería y dejar descargar gratis tus obras. ¿La diferencia entre ambas cosas? Mejor que explicarla, pongo otro ejemplo: Un día, vamos a casa de un colega. Forzamos la cerradura, nos bebemos sus cervezas y nos llevamos un par de DVDs (que devolveremos cuando los veamos, por supuesto). Si ese colega hubiera estado en casa, nos habría abierto la puerta, nos daría toda la cerveza que quisiéramos y nos prestaría esas películas... pero no es lo mismo, ¿no creéis? Más claro, agua.

También, por internet, la gente dice que no tiene dinero para comprar películas, música o libros. Me imagino entonces a alguien sin casa ni comida, viviendo debajo de puentes y descargando las películas que no podría ir a ver... Y entonces me doy cuenta de que para pagar internet sí que tiene, así que si tiene para un ordenador, para internet, para la electricidad y una casa donde estar descargando contenido, pues algo de dinero sí que tendrá. Otra cosa es que no quiera gastárselo en eso. No, como explicación/excusa es poco válida, creo yo. No sé qué opinaréis.

No puedo hablar con conocimiento de causa del mundo del cine o de la música, pero algo sí que sé sobre libros. Cada día, hay docenas de libros que pueden descargarse de forma gratuita en Amazon, por ejemplo, y con el consentimiento del autor (sí, ya sabéis; mejor que os abran la puerta a forzar la entrada). Por mucho que leáis, os aseguro que no es necesario buscar libros pirateados para hacerlo sin pagar un céntimo, y eso sin contar con páginas como Wattpad, con miles de textos gratis. Si os interesa especialmente un libro o un autor, haced el esfuerzo y gastad el dinero en él.

Porque es lo que tiene el trabajo: está muy bien que tu jefe, tus compañeros, o tus clientes digan lo bien que lo haces, pero si no te pagan a final de mes, como que sabe a poco...

Detractores de la piratería, defensores de la piratería... este es vuestro momento para opinar.